Por Bibi Pacilio.
Al
principio lo confundió con un ladrón, pero nada parecía faltarle; pensó
entonces que aquel hombre que había entrado por la ventana después que un rayo
se posara sobre su oído izquierdo, era apenas un intruso, no se conformó y
lo vistió de mago.
Cuando
le arrancó el corazón no gritó, solo se arriesgó a un susurro que aletea a
veces los días perdidos y en noches de tormenta, infinito lamento, sobrevuela
el cielo con alas de viento.
Desde
aquella noche, en la que un extraño asesinó con sus manos la última mariposa
que habitaba el oriente, una mujer alada busca el amor perdido en Occidente.
Último destello, primera sombra, puntos en el emisferio. Saludls y muy bueno.
ResponderEliminarSaludos y gracias por compartir!!!
EliminarBueno Bibi, parece que la fantasía te está avasallando. Me gusta :)
ResponderEliminarSíiiiiiiiii
Eliminarguau bibi!! te imagino dando brazadas en los mares del inconsciente.... qué bueno y raro y loco!!!
ResponderEliminarDando brazadas y cada tanto tragando agua !!!! Con ganas de volar!!!! besosssssssssss ami!!!
ResponderEliminarOnírico, sensual y a la vez algo truculento, la redacción de tu micro, Bibi, deja las puertas abiertas para perfectas continuaciones: magia, hadas, elfos fantasía y, claro, la muerte en sus diversas formas se ven venir...
ResponderEliminarMuy bueno, che.
¡Saludos!
Mágico y encantador.
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