miércoles, 22 de octubre de 2014

Renfield



Por Mauricio Vargas Herrera.

Anhelante en la celda aún espera
el arribo prometido y triunfal
de su amo, sediento conde inmortal,
que la vida eterna le prometiera.

Como si absorber la vida pudiera,
devora insectos de forma anormal,
y hace al doctor su petición final:
"¡Un pequeño gatito yo quisiera!"

A viva voz advierte la llegada
del ser que a Londres ha de estremecer,
y con breve conciencia inesperada

el plan del conde intentará entorpecer,
pero bajo la influencia malvada,
solo está condenado a perecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario