miércoles, 12 de septiembre de 2012

Lo mejor de Laura




Por Sebastián Elesgaray.


Viaje largo. Muy largo. Cómo los detestaba.
Dormir incómoda (si llegaba a dormir algo), las infinitas posibilidades de un compañero de asiento indeseable (en este caso un gordo que ocupaba más de lo normal y roncaba como un motor a punto de reventar), el paisaje austero y casi interminable de ciudades iguales, tan solo reemplazado por las llanuras insulsas a medida que el colectivo se acercaba a la provincia de Buenos Aires.
Pero había una buena razón. La mejor y más intensa de todas las razones. Suficiente para dejar a su hijo con su abuela durante una buena cantidad de días. Suficiente como para pedir licencia en la escuela. Suficiente porque la llenaba.
Literalmente.

Diario “El Día”, 27 de Mayo de 2012

Hoy sale en libertad José Luis Bethancourt, alias “El Gourmet”

Han pasado dos años de los atroces crímenes perpetrados por quienes se han dado en llamar “Los Cocineros”. Pero quien más polémica ha suscitado es José Luis (43), mejor conocido como “El Gourmet”. El apodo le fue dado en innumerables talleres literarios por los que ha pasado, y en los cuales dejaba su huella como un “excelente gastrónomo de historias”.
Y la polémica no es pequeña, ya que en el día de la fecha saldrá en libertad condicional. Será presentado esta mañana en una audiencia de legalización de captura, ante el juez de control de garantías Dr. Mauro Bidondo en el Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal. Sin embargo, se conoció que la fiscalía no va a pedir una medida de aseguramiento ni le va a imputar ningún cargo. Al parecer, las pruebas en su contra no tienen la suficiente contundencia.
El detective que lleva el caso, Sebastián Elesgaray, no hizo ningún comentario al respecto con este diario, pero es harto conocido por todo su círculo que no está para nada de acuerdo con el fallo de la fiscalía. El abogado de José Luis Bethancourt manifestó su satisfacción y comentó que su cliente “solo quiere reincorporarse a la sociedad como un ciudadano más”.
Por otra parte, Claudio Medina Castro, su aparente compañero, será imputado por los asesinatos de Esther Martínez, Irene Welter y Margarita Atkinson…

Libertad. Era linda cuando se la tenía. Y hacía falta tan poco.
El amanecer se mostraba imponente. El semicírculo naranja asomaba por el horizonte y bañaba la piel de Laura resaltando sus rasgos finos. El pelo suelto, esparcido en el respaldo como un pequeño manto oscuro.
Bostezó. Se desperezó, hizo sonar las vértebras del cuello y aflojó la espalda. Miró a su acompañante, que seguía roncando como la más grande de las morsas. Le dio un poco de envidia pero no la manifestó.
Ya estaba llegando.

La ciudad de La Plata siempre le había parecido un “pueblo grande”. No le desagradaba, pero tampoco la entusiasmaba. Laura había estudiado en Buenos Aires y sus visitas allí habían sido frecuentes en algún momento de su vida. Sin embargo, ahora no reconocía nada entre la vorágine de gente en la terminal de ómnibus.
Bueno, tampoco vengo de paseo, pensó.
Caminó con paso rápido hacia la salida, cargando un bolso mediano que había llevado con ella todo el viaje. El día estaría hermoso, radiante. Se notaba en el aire.
Se paró última en la fila de la parada de taxis y esperó. Para matar los minutos, paseó la mirada por las personas que iban de un lado a otro. El morocho de turno vendiendo joyas y relojes. El vendedor de diarios en el puesto, abrigado con una enorme campera y sosteniendo el gigantesco matutino con destreza. La señora, despeinada y somnolienta por un largo viaje.
Y, entre todos, ella.
Le llegó su turno. Dio unas monedas al chico que le abrió la puerta y a pesar del bolso que cargaba, entró en el taxi con facilidad. Con una gracia felina que atrajo la mirada de algunos hombres que aguardaban su taxi.
Buen día saludó el conductor.
Buenos días correspondió Laura. Le gustaba el plural, para extender su saludo por más tiempo. A 64 y 117.
Muy bien.
Laura se reclinó en el asiento. Esperaba llegar para descansar un par de horas.
Dicen que hoy va a llover comentó el taxista.
Ah… No parece.
Lo que me faltaba.
—Sí, nena, lo dijeron en la radio hace un ratito.
—Está bien —contestó Laura con la esperanza de que eso fuera todo.
—Y después comentaron lo del tipo este, ¿te enteraste, nena?
Laura se tomó unos momentos para observar al taxista. No era un tipo gordo, pero sus innumerables horas sentado y sin hacer otra cosa que apretar los pedales del auto le habían engrosado la cintura. Tan solo conservaba una mata de pelo grasoso en la coronilla y los costados sobre las orejas, mientras que la frente aparecía despejada y lisa.
—No —pinchó Laura—. ¿Qué tipo?
El taxista sonrió con soltura, satisfecho porque tenía pie para explayarse. Se pasó la lengua por el labio superior y soltó:
—A ese que le dicen “El Gourmet”, el que mató a las tres tipas. ¿De en serio no escuchaste, nena?
Si me vuelve a decir nena voy a gritar.
—No, la verdad que no —comentó Laura desentendida.
—Bueno, es un loco que mató a tres mujeres. Las cocinó y se las morfó. —El conductor soltó una carcajada cascada y ronca de tabaco—. Hoy lo largan por falta de pruebas.
—¿De verdad? Es terrible —agregó Laura con su mejor tono de inquietud.
—Sí. Y lo peor de todo es que tenía un compañero. Ese se va a morir en la cárcel.
Laura no agregó nada más. Le daba igual lo que hicieran con el imbécil de Claudio, ni siquiera lo conocía.
—Bueno, acá estamos. ¿Dónde te dejo?
Laura se irguió en el asiento. Se había quedado pensando y el viaje había transcurrido fugaz.
—Es ahí —señaló—. En aquel portón negro.
El auto frenó despacio al borde del cordón. El taxista, que se llamaba Jorge, tenía cincuenta y cuatro años y estaba divorciado, giró medio cuerpo y puso en su cara la sonrisa más seductora que podía generar.
—Bueno nena, son dieciocho con veinte.
Nena.
Laura gritó.

Las sombras largas del atardecer marcaban cada figura, cada contorno, cada movimiento.
Un par de botas negras se acercaban donde momentos antes el taxi número 289 había estacionado. Se frenaron sobre tres gotas de aceite que formaban un pequeño e insignificante charco. El ocupante del calzado aguardó frente a la fachada de la casa a que se abriera la puerta. De su hombro colgaba una mochila y de la comisura de sus labios un cigarrillo apagado.
Sus fosas nasales se contrajeron.
Olió.
Le estaban preparando la cena.
Y entonces la puerta se abrió. Laura se apoyó en el marco cruzándose de brazos, mirando al hombre de botas negras como se mira la vieja foto de un hermano, de un padre. Regalándole una mirada hermosa de puro cariño.
—José —dijo Laura con tono suave y divertido.
—Lala.
Cuando se abrazaron, la luz de ese día había dejado de existir.

Diario “El Día”, 10 de Junio de 2012

A dos semanas de su desaparición, no hay pistas de Jorge Corazza
De 54 años, trabaja como taxista y tiene esposa y dos hijos. Sigue sin haber pruebas sobre su paradero. La policía investiga a su círculo de colegas.

La última vez que lo vieron fue trabajando en la terminal de ómnibus como era su costumbre. Jorge Corazza, de 54 años, lleva dos semanas desaparecido.
El pasado 7 de junio, por orden de la jueza Patricia Díaz, hubo una inspección en su casa de Melchor Romero. “El resultado fue negativo”, informó el comisario Carlos Peralta. La policía no descarta ninguna posibilidad, pero se baraja la idea de que Corazza estuviera implicado en alguna actividad con los “piratas del asfalto”.
“Tengo mucho miedo de lo que pueda haberle pasado a mi marido”, declaró su esposa, Nilda Barreiro. “Espero que esté bien y rezo a Dios para que vuelva pronto”.
En diálogo con este diario, algunos colegas del taxista…

Estofado. Con papas y todo.
Lo mejor de Laura.
Eso y el postre, obvio.

14 comentarios:

  1. Sebastían, siempre he pensado en que Laura es una compañéra ideal para cualquier empresa que uno se proponga. Me encantó que hayas retomado la historia de "Los Cocineros" unos años después y que imaginaras a una Laura tan cercana a la real, a esa que es mi mejor amiga. ¡Excelente!

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    1. Justi, retomar la historia de "Los Cocineros" fue genial. Claudia generó unos personajes geniales y vos me diste el pie exacto para introducir a Laura. A pesar del poco tiempo con el que conté (tenía en mi cabeza una historia más larga y me hubiera gustado delinear algunos puntos más en profundidad), como siempre, disfruté escribir y esta historia que quedó me encantó.
      ¡Un abrazo!

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  2. Que buena continuación, y como dice Pepe realmente esta Laura se parece a mi, en muchas cosas...
    Excelente.
    Gracias

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    1. ¡Qué bueno que te sientas identificada! Mi idea era plantearte como te veo en una foto que tenés por ahí en Face: Dura, atractiva, una "femme fatale" que hace lo que quiere y como quiere. Formada por modos muy particulares sobre como actuar frente a las cosas. En mi cabeza, se formó un personaje extravagante pero sencillo al mismo tiempo.
      Me alegro que te haya gustado.
      Saludos!

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  3. UYYYYY es muy fuerte esto, no solo porque retomaste de una manera genial la historia de los cocineros o mejor dicho ( escrito) un enlace a esa otra historia, que se las trajo, sino porque conociendo a Laura lograste un personaje especial, misterioso y transparente al mismo tiempo, como debe ser !!!!! Bien Sebas, por delinear y dar forma a una buena cocinera!!! jaja
    Me encantaron los diálogos y esos narradores capaces de lograr la mejor historia!! Besosssssssssssss

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    1. ¡¡Muchas gracias Bibi!!
      Me he divertido como pocas veces delineando a "Lala". Creo que queda una marca en el texto que es solo suya.
      ¡Un beso grande!

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  4. ahhhh!!!! espectacular. me encantó. impecable (para mi) desde todo punto de vista, y en todos sus detalles. lo mejor de laura dió en el clavo, continuando una historia que parece dar para mucho... :). me pone muy contenta!
    chapeau!!!

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    1. ¡Gracias Claudia! Vos sos la mentora de toda esta historia, que va quedando muy bien a cada paso que da.
      Me pone contento que te haya gustado y espero con ansias el siguiente relato :D
      ¡Adieu!

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  5. ¡Fantástico!
    Con una prosa clara, sencilla, nos llevás de la mano por todo el cuento, y nos hacés vivir cada momento de la trama como si estuviéramos ahí, observando todo lo que pasa junto a los protagonistas, y llegando a ese final aplastante de tres párrafos y catorce palabras, que son como puñaladas.
    Decís mucho, justamente, en lo que no está redactado, en esos espacios que nos dejás para que nosotros, tus lectores, imaginemos los sucesos no escritos de la historia.
    Me encantó.
    ¡Felicitaciones!

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    1. ¡Gracias Juan! Es lo que más me gusta siempre: lo que no se dice, lo que queda ahí para que el lector lo complete. Eso ayuda a introducirlo mucho más en la historia y si está bien hecho, nunca falla.
      Te mando un fuerte abrazo.

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  6. Aquí siempre encontramos calidad, qué gozada!!

    Laura no tuvo más remedio; trató de controlar su temperamento un tanto violento, estaba cansada y todo del largo viaje, de sus duras circunstancias, jaja, pero el taxista ese era realmente insufrible, fue la gota que le faltaba para colmar.

    Felicidades!!

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    1. ¡Gracias Zavala! Es cierto, siempre vas a encontrar de la mano de mi compañeros y mía (en la medida de lo posible), un montón de historias para disfrutar.
      Laura es así... No te metas con Laura... :D
      ¡Saludos!

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  7. Muy buena continuación. Corta y contundente.
    Al concluir el relato, me hice una idea de lo que pensó Laura al notar el grosor de la cintura del taxista; «jum, jum»
    Te felicito.
    Saludos.

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    1. ¡Gracias Raúl!
      Jejeje. Laura sabía bien lo que quería ;)
      Saludos!

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