miércoles, 11 de julio de 2012

Consuelo mutuo





Por S. D. Vargas Muñoz.


Los dolientes se fueron de la funeraria y mi prima y yo, tristes y aburridos, nos consolamos. Ella sacó un cigarro, me pidió candela. Con suaves caricias y penetrantes palabras le ofrecí el fuego de mis venas. Le sugerí fumar en casa, que no habría problema, que mamá no estaba y la suya descansaba muerta.
Me acerqué, la acaricié sobre la ropa. Encendió el cigarro. Me miraba triste. Fumaba de pie, dispuesta, acalorada.
Nos desnudamos suavemente. Levantó sus brazos para facilitarme la tarea. No tenía sostén. Nuestros pechos desnudos se rozaron mientras la abracé con firmeza por la cintura. Lamí sus pezones rígidos y di pequeños mordiscos; exhalaba fuerte y al tiempo me masajeaba el pene debajo del pantalón. Poco a poco, asegurándome de besarla toda, bajé hasta su cadera, seguía de pie apoyada en la mesa, acaricié un seno, resbalé mi mano por la entrepierna y subí de un tirón su falda negra. No tenía bikini. Acaricié sus muslos, enterré mis uñas en sus nalgas groseras, el olor de su flujo viscoso, delicioso me provocó. No vacilé en pasar mi lengua una y otra vez por sus labios hinchados; lloraba y me pedía no parar. Solo me detuve al oír un gemido nacido de su feminidad más profunda. Me tomó del cabello, sobó apretadamente mi cabeza con apasionado vigor al tiempo en que de su garganta expiraba mi nombre. Al levantarme le deslicé mi palanca dura y carnosa pierna arriba; fuerte, profundo en la fruta húmeda que me ofrecía. Apretó sus dientes, trató de silenciar el sincero placer de su humanidad, mas no pudo; gritó, gimió, me pidió que por detrás mientras me abrazaba con sus piernas la cintura y me tomaba por las orejas como guiando la situación. Así, toda la noche, de mil maneras practicamos hasta consolar nuestra pena.

10 comentarios:

  1. Hola. Es la primera vez que paso por este blog, y les dejo mis saludos cordiales al tiempo que los invito a leer mis relatos. Antes de irme quiero felicitar al autor de este relato erótico tan bien descrito. Saludos!.

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  2. la muerte y el sexo se tocan en sus extremos, ellos subliman la vida, buen escrito, muy visceral, saludos Juanito

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    1. Muy bellas tus palabras, Abuela, pero los créditos son todos para el autor de "Consuelo mutuo", el Sr. S. D. Vargas Muñoz.
      Yo solo lo subí a nuestra querida Azotea.
      ¡Saludos!

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  3. Bueno al fin te leo Sergio!!! Parece que nos hubiéramos puesto de acuerdo por fin jaja. Creo que con la primera frase ( excelente por cierto) lo dijiste todo y lograste después esa cercanía que existe como dice la abuela entre el sexo y la pena.
    Como verás esta vez no tengo nada que " contradecir":) el erotismo fluye y trasmite no solo el deseo sexual, también las lágrimas que imagino corren por los rostros de los protagonistas mientras se consuelan.
    Saludos!!!

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  4. Increíble. Que buen relato. Nada por decir, tan solo que te felicito y espero leer más cosas tuyas. La forma de describir que tenés es genial, generaste un clima intenso, fuerte. Y como dijo la abuela, el sexo y la muerte se tocan, se rozan.
    Un saludo.

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  5. Mmm... como que no me cerró del todo. Es una narrativa algo entrecortada. Si la leyera en voz alta, daría la impresión que tuviese hipo. Me resultó confuso el comienzo: salen de la funeraria, ella le pide fuego, él le sugiere ir a la casa, él la acaricia y le enciende el pucho, y luego... se desnudan y se empiezan a dar. ¿Afuera de la funeraria, en un auto, en la casa? Es obvio que es en la última opción, pero este salto súbito en el texto me descolocó y me tuvo así hasta el final.
    Saludos.

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  6. Me gustó :).
    La cuestión erótica del micro, describiendo la pasión que sobrevuela entre esos dos primos que sufren la muerte del familir, está (según mi opinión) muy bien redactada, y el climax del relato se va elevando hasta el final.
    Me parece interesante la observación de Raúl, y quizás lograría más fuerza el microcuento si el primer y el segundo párrafo estuvieran separados por una línea divisoria (por ejemplo "*******" o "......") que pudiera impactar en la mente del lector sugiriendo el cambio de locación de la trama (de la funeraria al hogar del protagonista).
    También el final, quizás, tomaría más fuerza si la última frase ("Así, toda la noche, de mil maneras practicamos hasta consolar nuestra pena.") comenzara en un nuevo párrafo, en lugar de continuar luego del "punto y seguido".
    Por supuesto, que estas son solo opiniones subjetivas de alguien que no tiene a la literatura como su medio de vida, sino solo como un hobby (de los que más disfruto, por supuesto :)), que pueden no ser tenidas para nada en cuenta por el autor, si no le sirven , sin ningún tipo de inconvenientes :).
    Saludos, Sergio.
    P.D.: Estas cuestiones de estilo de redacción, propias y personales de cada autor, son muy difíciles de editar y sugerir por alquien que no tiene experiencia profesional en el tema, como es mi caso. Pido por ello disculpas a Sergio, su autor.

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  7. No se me ocurre un consuelo mejor para pasar el duelo que un duelo de lenguas ávidas y en familia. Muy bueno.

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  8. Uff. que fuerte y yo que nunca voy a los funerales...y tengo primas...no mejor no. Felicitaciones por el relato, muy erótico y bien redactado, te transporta hasta ese momento...Saludos.

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  9. Sexo y Funerales es una combinación que nunca falta, el relato empieza bien con la metáfora del cigarrillo/pene y la candela (que no deja de ser siempre la misma jajaja), es una lastima que el relato se desinfle al final.

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