Por José Luis Bethancourt.
Las rodillas me dolían pero no podía dejar esa posición para atisbar a través de la cerradura. Una referencia en mi clase de literatura más tarde me enseñaría que lo mío era “voyerismo”, pero para mí era una irrefrenable curiosidad que empezaba en mi mente y terminaba en mi sexo púber duro y enhiesto.
Ella se aferraba con las dos manos, volteando su cabeza hacia atrás con los ojos entrecerrados. Su lengua rosada y pálida recorría sus labios temblorosos mientras esperaba algo. Sus pezones se ofrecían a mi vista mientras eran recorridos por sus dedos. En el sur una selva de vellos rubios estaba siendo invadida. Ante cada empuje un gemido de su garganta y un latido en mi verga tras la puerta.
Bajó una de sus manos para dejar expuesto su clítoris a esa lamida constante, tibia y húmeda mientras se balanceaba en un vaivén lujurioso que poco a poco se estaba convirtiendo en un corcoveo salvaje pero contenido. Cuando empezó a apretar sus labios para acallar su casi grito mi mano ya estaba dentro de mi bragueta para acompañar su danza solitaria bajando y subiendo.
La presión sobre su vagina ahora era mayor, como su excitación y mi descaro. Mientras sacaba mi pija fuera de los pantalones abrí la puerta. Ella me miró sin mirar y en el instante que liberó su grito orgásmico mi semen brotó manchando la alfombra del baño.
Acercándose lentamente puso su dedo índice sobre mi boca en gesto de “silencio”. Tenía el aroma y sabor de su sexo. Sintió mi pene duro, otra vez, contra su pierna. “No contaré nada a tu madre si tú no lo haces”. Me dio la espalda y agachándose lentamente tomó una de sus nalgas dejando a la vista su culo mientras cerraba los grifos del bidet…
Creo que en estas fechas, hemos asistido a dos relatos de extrema potencia erótica, y el de José Luis no puede pasarse por alto.
ResponderEliminarMe gusta que no tenga miedo en poner palabras que puedan parecer vulgares, pero dada la condición del personaje, resulta atractivo el modo en que se narra este cuento. Es electrizante y va a al grano, sin miedos.
Y además, es erótico.
Muy.
Un placer leerlo Don Justi (ups!, se me escapó su identidad secreta).
Muchas gracias por tus comentarios. Creo que el personaje y la escena requerían cierto lenguaje explícito. Por ser este mi primer escrito dentro de este género tuve mis dudas.
EliminarAcertada la utilización de los términos fuertes. Faltan bastante comas que ayudarían a la narración; sin embargo, la idea del cuento se entiende y el final, si es lo que me imaginé, está bastante... ¿perturbador? Aunque casos de esos se han visto.
ResponderEliminarMauro, la falta de comas (como indicadores de pausa breve) es un recurso utilizado ex profeso acompañando la acción frenética. Gracias!
Eliminarguau justiceman... relato explícito!!!! muy bien hecho!!!
ResponderEliminarsalud!
Gracias Claudia!!
EliminarExisten distintos caminos para abordar lo " erótico " pero creo que todos nos deben conducir a lo mismo que es disfrutarlo con sutilezas o en forma explícita, (las palabras no muerden) son las imágenes que se transpiran las que hacen la diferencia. Y lo diferente es lo que causa repulsión, hastío. No es el caso, porque el justiceman calentó las baldosas de la azotea !!! Me gustó mucho y lo felicito por el paisaje!!!
ResponderEliminarGracias Bibi! Contando toda tu experiencia como escritora es un halago tu devolución. :)
EliminarUn relato con un lenguaje porno, el cual no ensucia al texto, sino que lo realza. Ese «No contaré nada a tu madre si tú no lo haces» invita al lector a probar qué tan perversa es su imaginación.
ResponderEliminarCoincido con Mauricio en cuanto al uso de las comas.
Muy bueno.
Saludos.
Gracias Raul! La imaginación es el recurso que usamos para leer lo que no está escrito y es esa intencionalidad lo que busqué al final del relato. Sobre el no uso de comas comenté mas arriba lo hice adrede.
EliminarEl microcuento va calentando sobremanera la pantalla a medida que las letras avanzan, y la frase “No contaré nada a tu madre si tú no lo haces” perturba, y nos deja repensando el final, absortos.
ResponderEliminarMe encantó.
Un abrazo, José.
Gracias Juanito! El erotismo es perturbador más por lo que se imagina que por lo que se muestra. :)
EliminarEl final es de lo mejor, fantasía de cualquier adolescente, el lenguaje "rudo" no es utilizado de forma vulgar y eso se agradece. Coincido con Mauro y Raúl unas comas por aquí y otras por allá lo harían mas disfrutable.
ResponderEliminarPepe Martinez, muchas gracias por tus apreciaciones!. La falta de comas busca reflejar la falta de aire y de pausas en la acción.
EliminarSaludos!