Por Mauricio Vargas Herrera.
Frecuentar esos sitios se había vuelto una afición. Se deleitaba mirando, pero nunca pagaba por algo, pues nada de lo que allí veía justificaba la inversión, hasta ahora.
Con una música estridente retumbando en el lugar, se regocijó observando como siempre, y de repente la vio, con su cabello rubio, piel blanca y labios rojo encendido. Entonces supo que ella era la indicada para satisfacerlo.
Pagó por ella y la llevó a su casa.
Sobre su cama, la tocó palmo a palmo, acarició y apretó sus tetas. Ella apenas gimió. Se masturbó para calentarse, luego metió su miembro en aquella boca que anhelaba su verga tibia, lo empujó y lo sacó una y otra vez y se contuvo. Volvió a sus pezones, los besó y los mordió. Ella apenas gimió. Frotó su pene nuevamente, posó toda su mole sobre ella y la penetró. Su cuerpo, ese montón de lonjas que tantas mujeres habían rechazado, iba adelante y atrás, cada vez más rápido, enardecido de placer, mientras ella, sepultada bajo esa montaña sudorosa, gemía con exhalaciones entrecortadas. Él aceleró, mientras ella se estremecía bajo su cuerpo adiposo, hasta que finalmente se corrió en una explosión húmeda y caliente y ella dejó escapar un fuerte y prolongado resoplido que fue mermando mientras él recobraba el aliento. Luego sintió cómo ella empezaba a desvanecerse.
Se quitó de encima, satisfecho, y la observó sobre la cama. De la robustez que le había llamado la atención horas antes ya no quedaba nada. Confió en que, por primera vez en su vida, su sobrepeso no fuera un problema para tener sexo. Pero se había equivocado. La maldita muñeca estaba en mal estado y se había reventado. Ahora tendría que terminar de desinflarla y tirarla a la basura, porque en el Sex Shop no aceptaban devoluciones.
En muchos casos la imagen que se agrega a una historia distrae, pero esta vez ocurre todo lo contrario porque ya desde el comienzo la espalda del protagonista nos presenta su otra cara oculta. Genial este relato Mauro!!! Me encantó desde el principio hasta esa última frase que cierra un final perfecto!!!! Felicitaciones mil!!!!
ResponderEliminarBesossss Bibi
Gracias Bibi. Me costó buscar una imágen que no revelara el final. Es un poco insólita para un cuento erótico, pero me alegra que haya funcionado.
EliminarQue buen relato. Me llevó para un lado y terminó en otro. Como buen escritor, hiciste tuyo al lector. ¡Felicitaciones!
ResponderEliminarEsa era la intención, y no sabes cuánto dudé al no saber si iba a poder causar esa pequeña "consusión", pero al parecer el cuento lo logra y me siento más que complacido.
Eliminarjaaa!!! buenísimo mauro!!!
ResponderEliminarAunque el título delata de antemano lo que el relato esconde hasta final, me gustó mucho. Bien escrito y entretenido.
ResponderEliminarTe felicito, Mauricio.
Saludos.
Así como la imágen, el título fue otro asunto que me dio vueltas y vueltas en la cabeza. El que tenía pensado inicialmente hubiera podido ser menos obvio, pero no tenía tanta fuerza como este, que podría desviar al lector hacia otro contexto (como lo hizo con los demás colegas). Bueno, tú te lo sospechaste desde el principio como lector y escritor sagaz, pero me alegra que te haya gustado de todas formas.
EliminarMe pasó como a Sebastián, je.
ResponderEliminarCuando leía el microcuento, imaginaba al protagonista con una mujer de la noche salida de algún cabarulo (quizás una dama de corta edad, con afición a la música "reiguetonera" o al "punchi-punchi" taladrador de oídos, por aquello del título del micro emulando a los versos de la canción), y la trama me llevó hacia ese otro final.
Excelente la redacción, de primera.
Refleja tu microcuento también, Mauricio, el drama social sobre el rechazo que sufren las personas con problemas de obesidad, y eso le da un plus extra al texto.
¡Felicitaciones!
Un abrazo.
Como le respondí a Raúl, el anterior título no hubiera podido crear esa pequeña "confusión" en el lector, aunque no estaba exento de delatar algo de la trama. Fue un lío tomar la desisción, pero al aprecer di con el título correcto. Me satisface que el título haya contribuido a o que quería lograr con el cuento, y lo que mencionas al final sobre los gorditos, no se me cruzó nunca por la mente, fue totalmente inconsciente y el hecho de que hayas descubierto otro mensaje oculto en el cuento me alegra aún más.
EliminarEspectacular relato...ella nunca se quejaría...si se desinfló. Me gustó como usaste los adjetivos para los miembros...je. directo. aplausos. puertoarial.com Saludos a todos.
ResponderEliminarAl pan pan y al vino vino XD
EliminarGracias por comentar, Maxi.
Como diría el Chapulín Colorado "lo sospeche desde un principio", aun así no desmerece en nada a la narrativa y el final me ha parecido de lo mas gracioso (si tengo un sentido del humor un poco extraño. Grande Mauro ;)
ResponderEliminarOtro al que no pude engañar XD
EliminarPero te hice reír y ese era el objetivo también.
Gracias Pepe.
Un poco tarde pero valió la pena leerlo!! Excelente relato con todos los condimentos para hacerlo pícaro y divertido. ¡Congratulations!
ResponderEliminar