miércoles, 18 de julio de 2012

Cinco días




Por Clarisa Hernández.


Cinco días, cinco pisos, una azotea para dos.

Entraron a trabajar en la empresa el mismo día. A ambos les asignaron escritorios en la oficina de planta baja del antiguo edificio. Desde el primer momento se observaron sin palabras, varias veces, como imantados.
A las dos semanas, comenzaron un juego… Sin acordarlo, sin reglas explícitas, pero sin confusiones.
Lunes. Ella le dejó una notita “10 hs. 1° Piso. Ventanal norte”. Él fue puntual, y encontró atada la chalina turquesa con que ella lo deslumbró esa mañana. De sólo olerla, su ansiedad fue impostergable.
Martes. Él escribió “10.30. Balcón. 2do. Piso”. Ahí ella descubrió colgada su corbata gris que olía tan seductoramente como él. Eso le provocó un temblor indescriptible.
Miércoles. Ella le pegó en la taza de café una etiqueta: “11 hs. 3°P. Baño”. Cuando él buscó, escondida detrás de una puerta había una prenda de encaje azul. Verla fue lo mismo que desearla.
Jueves. En una grulla hecha en origami que descansaba sobre su carpeta, ella leyó “11.30. Escalera. 4to Piso”. Subió y vio en el rellano una foto color sepia, donde el sol iluminaba su hombro casi desnudo. Lo imaginó enfocándola con su cámara disimuladamente, y luego llegando desde atrás, para descorrerle ese bretel… Se le aceleró el pulso.
Viernes. Ella le escribió con labial en la pantalla de su computadora “12 hs. 5° Piso. Ventana sur”. Al salir del ascensor él leyó escrito en el vidrio (con el mismo color) “¿Dónde? ¿Y cuándo?”
Entonces, exactamente a la una, antes del descanso, ella recibió un mensaje “Azotea. Ya”.
A la sombra del cartel de propaganda sólo hubo una búsqueda frenética de bocas húmedas, un roce incandescente de manos y piel, un tropiezo de cuerpos impacientes... Y respiraciones agitadas que, un rato después, se pacificaron.

19 comentarios:

  1. Qué bonito juego de seducción y de creciente deseo. Qué buena idea que su deseo crezca con el trascurrir de los cinco días, con la ascensión del edificio. Me ha gustado mucho.
    Saludos.

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    1. el deseo crece con los días, sube en cada piso, y avanza media hora cada día, para llegar exacto al momento más oportuno...
      Gracias por tu comentario!

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    2. En lo de la media hora no me había fijado... mejor todavía!

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  2. Me gustó muchísimo la idea del juego que crece con la historia, el tratamiento que le das al erotismo dejando un espacio a la imaginación del lector. Lo único que yo trabajaría un poco más es el final que aparece como suspendido, sin resolución, como en el aire...
    Te mando un beso grande y nos vemos pronto !!!

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    1. Bibi, gracias por comentar y qué suerte que te gustó! Sobre tu aporte acerca del final, no sé si lo veo así. Creo que el encuentro de los cuerpos y su "pacificación" deja en claro que el deseo finalmente tuvo su cauce..
      Nos vemos muy pronto! bs

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  3. La redacción nos va llevando de la mano, despacio (como se saborea un helado de menta granizada), pero sin abandonarnos nunca, hasta el esperado final.
    Me dejé llevar por las letras, intentando dilucidar la manera en que la autora resolvería la trama erótica que iba creando a medida que los párrafos avanzaban.
    La resolución dice mucho en lo que no dice, y por eso me gustó.
    En síntesis, un muy buen microcuento, que me agradó mucho.
    ¡Felicitaciones, Clarisa!

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    1. ¡Muchas gracias, Juanito! ¡Qué comentarios interesantes! Hiciste que me gustara más mi producto de la forma en que describís tu sensación al leerlo. Un saludo

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  4. Excelente. Demuestras que no se necesita ser explícito ni describir las mismas escenas sexuales recurrentes para hacer un cuento erótico. A mí me gustó. En vez de ofrecer lo mismo de siempre (una follada en tres párrafos), estructuras un juego que resulta ser más interesante. El final es claro y queda a la imaginación del lector. No te fuiste por la vía fácil y eso es lo que destaca tu microcuento.

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    1. Mil gracias Mauro. Captaste eso que yo quería, y me parecía el gran desafío de escribir un relato erótico: sugerir sin decir, revelar el deseo sin caer en lares comunes... en fin, tal cual lo decís! Gracias otra vez

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  5. me gustó mucho clarisa. bien al grano. y con ese atractivo suspenso....podría ser el primer capítulo de varios microcuentos...
    salud!!!!

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    1. Claudia, muchas gracias, por tu comentario y por la idea que me das! quién te dice... tal vez pueda continuar con otros microcuentos! Y salud!

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  6. Se lo dije a Clarisa en su momento: Me encantó como se enlazan esos dos personajes, creo que es un punto muy fuerte en su relato. Y el camino hacia el final es genial.
    ¡Besos!

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    1. Gracias! la verdad, estoy feliz y a la vez asombrada de los buenos comentarios. Es un aliento para segir despuntando este vicio de escribidora.

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  7. bonito y anhelante escrito, quien pudiese tener esas historias frescas de juventud, cuando el tiempo pasó...
    saludos

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    1. gracias!! tal vez los no tan jóvenes igual las podemos tener... O, de alguna manera las tenemos al escribirlas o leerlas...

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  8. ¿Dónde se apunta uno para esos juegos? Si es que me ha atrapado desde el principio hasta el fin. Un erotismo sutil y bien logrado. Felicidades.

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    1. Pepe, te agradezco las felicitaciones y los buenos comentarios

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  9. Acabo de leer una tierna historia de amor con el erotismo latente en cada pasaje.
    La invitada agradece la invitación que le hizo Sebastián haciendo mención a LA AZOTEA como guiño (creo yo).
    El final es justo para que uno deje jugar a su imaginación con todo lo que vino fantaseando desde el Lunes.
    Saludos.

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    1. Muchas gracias Raúl. Tu supuesto "guiño" a Sebastián, es una buena interpretación...pero te cuento que fue sólo una confusión.
      Desde el inicio del blog creí que TODAS las historias debían relacionarse con una azotea! Y gracias a ese error, tuve la inspiración necesaria para el relato... Empecé por pensar en la azotea como lugar del encuentro y de allí nació lo demás. Curioso no?

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