miércoles, 4 de abril de 2012

El arquitecto




Por Bibi Pacilio.



Cuando conocí hace unos días la noticia de que Ebeneezer Lendarian había muerto sentí un ligero escalofrío, fue como si ese maldito pedazo de papel se hubiera ensañado con mis recuerdos antes de calentarme los huesos y lo que es peor,  adelantándose con la fuerza del viento a la venganza que mis días y mis noches saboreaban con desvelo. La muerte me había traicionado una vez más y mientras la hoja del diario se retorcía como mis tripas revueltas, mis ojos, ahora rojos seguían fijamente la mancha negra que desaparecía entre las llamas.


A los diez años mi madre me abandonó para siempre, dejándome como única herencia un antiguo camafeo con su foto y el nombre del hombre que me había convertido en un bastardo. Recordé entonces que nunca había descolgado la joya de su cuello y le agradecí en silencio aquella entrega maternal que salvaría mi vida con solo apretarla entre los dedos. Así comencé a transitar la escuela de las calles y descubrí que mi único anhelo era matar a mi padre.
La primera vez que lo vi sentí la vergüenza de reflejarme en aquellos ojos grises que pasaron a mi lado sin percatarse de mi presencia. Sin embargo supe que mi madre no había mentido y extrañé sus caricias mientras trasladaba mis pocas pertenencias bajo una de las paredes del edificio donde habitaba ese hombre. Mi osadía no duró mucho porque al tercer día, un par de uniformados me echaron a patadas y tuve que conformarme con acorralarlo desde lejos. Comencé a escribir los horarios en los cuales el viejo entraba y salía, los gestos de su rostro, el movimiento de sus manos, la cojera que lo acompañaba, sus cambios de humor y hasta el color de sus trajes. Todo estaba ahí, minuciosamente guardado en esos cuadernos que comencé a coleccionar y que en el tiempo de garabatos y trazos remarcados me valieron algunas risas y otras tantas complicidades.
Tuve mi oportunidad una tarde de julio, él estaba solo y yo había crecido lo suficiente como para que el filo de mi navaja se clavara en ese lugar soñado: su corazón. No me temblaba el pulso, tampoco se equivocaron los cálculos que esta vez en rojo titilaban en la última hoja de mi cuaderno número…  Perdí la cuenta cuando el camafeo de mi madre rodó por la alcantarilla como si un presagio me estuviera conteniendo. No era el momento, ni ese, ni tantos otros que persiguieron no sin odio, el acorralado sonido de mi voz.


“Ya soy un viejo”, me dije arrastrando la bolsa que tras mis pasos desbordados, transportaba las palabras que la muerte había desestimado durante tanto tiempo. Traspasé la puerta de roble como si en ese acto heroico la figura de mi adversario hubiera vuelto a extinguirse y subí uno a uno los peldaños que sobre las hojas en blanco, había dibujado como el mejor arquitecto.
La puerta de la azotea estaba abierta y aunque al principio mis ojos todavía anestesiados no alcanzaban a vislumbrar las formas ondeadas del espejismo que me cercaba, el calvario de mi desgano me llevó hacia los pies de la figura que con los brazos desatados me esperaba.
La luna clavó sus dientes en el rostro de mi madre,  mientras la piedra agonizante dibujaba una y otra vez esa gota de sangre fallida, que ahora, teñía para siempre el instante de aquella otra muerte, la verdadera, la que me obligó a escribir durante tantas hojas en blanco mi propia muerte.
Hubiera sido difícil culparla. Por eso, después de arrebatarle con todas mis fuerzas el camafeo que sobresalía de su cuello, me arrojé al vacío desde el último piso del Edificio Lendarian, donde habían transcurrido mis días.

17 comentarios:

  1. La obsesion se transforma en objetivo...
    Los objetivos sacan el aliento...
    Y sin aliento morimos.
    Dejamos de ser nosotros mismos.
    Para transformarnos en un objetivo,en una meta.

    Me encanto el realto.
    Y no es para menos.
    Bibi talento y mucho posees.

    Cariños.

    Dr. Lazurus Kiilyx.

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  2. Muy bueno el relato, talento puro como narras. Besos y excelente espacio.

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  3. Gracias Lazuz por estar en la azotea !!! Y sí de obsesiones se trata esto. Besosssssss
    Me alegro que te haya gustado Maxy y vamos por más!!! Besosssss

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. Bueno Raúl debo decirte que no sos vos, soy yo jajaja , la que escribe confuso siempre... Pero te agradezco las seis leídas ehhh, me hace sentir muy bien que le hayas dedicado ese tiempo y que todavía no logres comprenderla. De verdad gracias !!!!!

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  5. Muy bueno, Bibi.
    Ahora sabemos más de ese tal Ebeneezer cuya crónica sobre su muerte nos presentar Mr. Flemming en el posteo anterior. Era un magnate, era un reconocido profesional... pero también tenía ocultos secretos oscuros (todos los tenemos... ¿todos?) que pugnaban por salir a la luz.
    Me encantó, genial.
    ¡Felicitaciones!

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  6. uf. lindo embrollo, bibi. también lo lo leí un par de veces, y siguen las intrigas.... pero de eso se trata.
    santé!!!

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  7. jajaja amigos y compañeritos !!! Lindo embrollo como dice Clau !!!! Gracias chicos estoy feliz de compartir este espacio con tanta gente grosssssaaaa y bueno querían misterio, misterio tendrán !!! jajajaj besosssssssss

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  8. Alguien que me comprenda ..:) por diosssssssss

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  9. Impresionante como una traumática impuesta socialmente conduce a una autodestrucción. Nos enseña que no es necesario quedarse con conceptos ajenos, ni sociales ni culturales, pues históricamente han derivado hacia la muerte.
    Me gustó el aura tenebrosa y sombría de ésta historia de inteligente sabor amargo.

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  10. Muchas gracias Carlos por tus conceptos y tu mirada.

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  11. Esperar una venganza toda la vida para que sea truncada. Alimentar mil hojas con detalles de esa otra vida como si fuera la propia para finalmente liberarse de tanta impotencia en el último y definitivo acto de valentía frente a la vida.

    Excelente, oscuro y profundo relato amiga.

    Un placer leerte

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  12. Muchas gracias pepe!!!! A veces o casi siempre las venganzas son contra uno mismo...
    Besosssss rosarinos!!!

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  13. Raro, cambiante, poderoso, subyugado, enfermo, opresivo... demencial... OBSESIVO. El conocer a Lendarian te puede pasar eso. Pero el saber que toda tu vida ha tenido un objetivo y al final no poder conseguirlo... es peor que la propia vida. Ejemplo mismo de aquella "obligación" que tenían y tienen casi aún hoy todo oriental al ser deshonrado...
    Captar una historia de venganza en pocas palabras, es como reflejar una vida en la foto de una lápida con la inscripción en su roca. Muy difícil. Pero se consiguió.

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  14. Un aplauso para esta excelente escritora.
    Me gusto mucho Bi.

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  15. Lo intentamos William aunque la verdad me pasó algo muy diferente al protagonista, no iba escribiendo detrás de la venganza y ella se encargo de llevarme hasta el final- Gracias amigo!!!

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  16. Gracias Lauuuuuuuu !!!! Me alegro que te haya gustado de verdad...Ya llega el tuyooo espero ansiosa!!! Besotesssssssssss

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