Dentro de la incertidumbre que
rodea a este ya indeseable huésped, el omnipresente Coronavirus, lo único
cierto es que nadie estaba preparado para esta Pandemia. Y la historia nos muestra
que siempre ha sido así.
Ocurrió con la Peste Negra en el
siglo XIV que dejó un saldo estimativo de 70 millones de personas y en el siglo
XX la llamada “Gripe española” o influenza quese cobró la vida de 50 millones
de personas en más o menos dos años, entre 1918 y 1920. ¿se hacen una idea de
lo que fue lidiar con esa catástrofe? Principalmente por falta de información y
de conocimientos médicos.
En Europa y Estados Unidos se
recetaba quinina, gárgaras con agua salada, preparados con arsénico o con
aceite de ricino, e incluso en los Estados Unidos se comercializó un producto
milagroso llamado “Grippura Spanish Influenza Remedy”, también recomendado para
la tuberculosis. Otros bañaron a sus pacientes con agua helada y algunos los
"sangraron", de manera económica y médica. También se recomendaba
fumar, inhalando o tragando el humo, porque se pensaba que mataba al virus.
Hoy vivimos esta situación con el
problema inverso: “Las personas cada vez demandan respuestas más rápidas y
tienen a su alcance más medios y canales a través de los cuales reciben
información, lo que abre el camino a la desinformación y la sobreinformación,
porque son muchos lo que se convierten en expertos en manejo de crisis
sanitarias, especialistas en pandemias, y lejos de comunicar información
confirmada y precisa, se dedican a seguir generando más contenidos. ¡Estamos en
la era de la sobreinformación que a la vez acaba en la desinformación!” (Paola
Molina Noguera)
Seguro que les llegaron recomendaciones
sobre recetas caseras diversas para protegerse o matar al COVID-19. Pero no me voy a explayar en estos temas donde
muchos se consideran expertos autodidactas sino que vuelvo a los registros
históricos de siglos pasados.
Toda historia tiene dos caras,
sobre todo cuando se trata de explicar algo que sea hecho popular, como el
dulce de leche, el mate, la birome, y otras cosas por las cuales cada país se
atribuye su autoría.
Desde el siglo XIX en Piracicaba
(Sao Paulo) los terratenientes se dedicaban al cultivo de la caña de azúcar. El
relato popular dice que muchos campesinos estaban enfermando en las
plantaciones de caña por un brote de gripe española y uno de ellos, llamado
Paulo Vieira, decidió preparar un brebaje medicinal mezclando la cachaza con
limón, ajo y miel. Más tarde, se quitó el ajo y la miel y se añadió el hielo
para soportar el calor de esa zona tropical, dando nacimiento a la Caipirinha
Regresamos al siglo XXI. En este
caso nadie duda que es la bebida tradicional de Brasil, aunque se bebe en todo
el mundo. ¿Le dieron ganas de preparar este sabroso y sencillo trago?
INGREDIENTES ´
1 o 2 limones cortados por la
mitad a lo largo y sin la parte central blanca. Puede reemplazar la lima por limas
1-o 2 cucharadas de azúcar
2 onzas de cachaza (equivale a 30
ml o 2 cucharadas)
zumo de limón fresco a gusto
Hielo picado al gusto
Para servir (opcional): Rodajas de limón
PREPARACION
En un vaso (mediano, no muy alto,
de boca ancha) mezclar los trozos de limón con el azúcar y aplastar suavemente para
que salga el zumo de los limones. Agregar la cachaza y revolver para que se
mezcle bien. Volcar hielo picado a gusto y revolver suavemente. Decorar el
borde del vaso con una rodaja de limón
En coctelera: coloque una medida de cada ingrediente por
cada vaso que vaya a servir, incluyendo limones aplastados. Agite bien y vierta
en vaso con hielo picado. Luego revuelva ligeramente. Sirva inmediatamente
adornada con una rodaja de limón.
VARIACIONES DE CAIPIRIÑAS CON
DIFERENTES LICORES Y TRAGOS:
Caipiroska: se prepara con vodka
en lugar de cachaza
Caipisake: se usa sake, y por lo
general llevan frutas
Caipirissima: se usa ron en lugar
de cachaza
Caipimojito: una versión del
mojito con cachaza en lugar del ron
Caipirita: margaritas preparadas
con cachaza en lugar de tequila, o también
Caipirila: caipiriña preparada
con tequila en lugar de cachaza